viernes, 15 de enero de 2010

EURÍDICE






ORFEO ANTE EURÍDICE



Por el reino de las tarántulas


he venido a buscarte, Eurídice,


amada mía...



DE MI LIBRO SOMBRAS DE LA RAZÓN










MI CASA SOSEGADA



Estando ya mi casa sosegada…

San Juan de la Cruz .


Mi casa abriga en sus cimientos

las raíces de olivos milenarios

que un día oyeron los versos de Homero

y otro los Edictos de los Césares .

Su tejado es romano,

con tejas planas, donde la beata lluvia

se recoge en el aljibe del patio,

guardián la luna llena,

a la sombra perfumada de un limonero.

Tengo azoteas, donde juega, descarado,

el viento metiéndose en la ropa tendida

y adoptando nuestras formas invisibles.

Se asoman a la mar balcones con macetas de gitanillas,

albahaca y azulonas hortensias ..

Hay una alacena secreta

con anaqueles donde reposan pétalos de rosas

envueltos en saquitos de lino

y manzanas con corazones de canela

para la buenaventura de quien atraviese


estos atrios bendecidos.

Atesoro un arcón de novia de mis antepasadas,

con sus ajuares primorosos de puntillas

donde también guardo los poemas de amor

que te escribo y se fugan

cada día, para ti,

como palomares abiertos .















Y PENÉLOPE DEJÓ DE HILAR

....Viví errada tapiando mis sentidos

mientras la vida se me inclinaba fecunda.

Ha llegado el momento tú ante mí,

sí , otra vez,

todo desconocido, inexplorado, hermoso...









Pero ya es inútil

que me alce de puntillas

para alcanzar tus labios,

tus labios se han gastado en besos ajenos

y los míos ya ahn perdido la costumbre de besar.

DE SOMBRAS DE LA RAZÓN









LA SIBILA







De pronto se desata una tormenta de amapolas


por entre los hilos del teléfono


y te preguntas :

"¿Qué clase de silila eres


que no sabes leer en las cartas de los astros ?".....



DE MI LIBRO INVITAVIÓN A LA METÁFORA
















ANDRÓMACA Y HERMIONE

GLOSANDO A EURÍPIDES


ANDRÓMACA








Y me inculpas de sortilegio
¡Oh, abandonada!
porque de nada te sirvieron
tus peplos orlados,
ni tus áureas fíbulas.
Con esencia de almizcle y tomillo
fueron ungidos tus cabellos
y punzaste a las esclavas que no supieron
trenzarlos con plateadas cintas.
Te alargaron la sombra de los ojos
y dieron a tus mejillas
el suave arrebol adolescente.










En los pebeteros de la estancia
ardían inciensos de exangües rosas .

Esperabas, henchida de deseo,
a tu amante;
pero éste pasó de largo
corriendo hacia mi lecho
sin reparar en tus pezones erguidos
ni en el efluvio de mirra
que desprendía tu jovencísima piel
dispuesta a caricias que fueron mías.











CORO

¡Desdichada Hermione ,
enjaezada de altivez y vanagloria
osa levantar la mano contra Andrómaca
y no recuerda que tiene
la entraña fría de los peces!
¡Justo es que engendre
un erizo de despecho
con sus afiladas púas .











ANDRÓMACA


¿Tengo, acaso tu esbeltez y donaire?
¿Tu juventud ?
¿No te doblo los años?
¿Poseo alguna tiara?
¿Algún amigo poderoso?
¿Sé tañer la cítara como tú la tañes?
¿Cúal será entonces mi sortilegio?
¿Ser para él untuosa sombra del árbol en estío?
¿ Darle un regazo de paz
y un bálsamo para su desaliento?
¿O mi amor, sin pagar
peaje para su libertad ni la mía?














CORO

Detén tu acritud, Hermione, infelicísima
pues serás escarnio del pueblo
y mofa, porque Andrómaca
te ha vencido .


DE MI LIBRO SOMBRAS DE LA RAZÓN